Según mi experiencia, mindfulness no es algo que se comprenda a la primera de manera intelectual asistiendo a una charla o a un seminario.
La consciencia plena es algo que se comprende e integra poco a poco a través de la práctica personal y la aplicación a la vida real.
La organización Mindful Schools, con casi 10 años de experiencia llevando la atención plena al ámbito educativo, recogió algunos de los principales malentendidos sobre lo que es mindfulness.
Lo comparto esperando que esto ayude a comprender más lo que SI es mindfulness y aprovechar así todo su potencial.
Especialmente para aquellos que nos dedicamos a enseñarlo a los demás, en particular a los niños.
Lo que es y lo que no es mindfulness
Mindfulness no trata de sentirse calmado, ni de sentirse de ninguna manera en particular
A veces esperamos que mindfulness nos traiga paz, calma o relajación.
Esto muestra la tendencia humana de perseguir experiencias placenteras y tratar de evitar las que no lo son.
Queremos algo, no lo conseguimos y entonces nos sentimos infelices.
Pensamos que no funciona o que lo hacemos mal. Empezamos a juzgar las experiencias o a nosotros mismos.
Es verdad que a veces puedes notar calma o paz pero esto no está garantizado.
De lo que trata mindfulness es de darnos cuenta de qué experiencia estamos teniendo en este momento (incluyendo los pensamientos, emociones o sensaciones corporales que forman parte de ella).
Mindfulness puede reducir el estrés significativamente pero no trata sobre reducción del estrés
Más que eliminar el estrés, nos ayuda a relacionarnos con el estrés de otra manera.
Parece imposible que algo tan simple como escuchar lo sonidos o poner la atención en la respiración nos ayude a responder a las experiencias de una manera más saludable, pero esto es lo que la ciencia ha demostrado.
Veinticinco años de investigación dicen que el mindfulness ayuda con el estrés cambiando nuestra relación con él.
Este mismo razonamiento se puede aplicar a las emociones negativas.
Se trata de relacionarnos con ellas de una manera diferente, no de intentar eliminarlas.
Mindfulness no es ausencia de pensamientos
En lugar de buscar tener la mente en blanco y que no haya pensamientos, aprendemos la habilidad de darnos cuenta de nuestros pensamientos sin tener que hacer nada con ellos, sin identificarnos con ellos.
Esto es diferente a tratar de expulsar los pensamientos. Se trata de cómo nos relacionamos con los pensamientos, no de que desaparezcan.
Mindfulness no trata de resignarse o ser complaciente
Aceptar no significa que estés de acuerdo o seas complaciente.
Significa reconocer lo que está pasando, lo cual es sin duda una buena idea porque queramos o no, está pasando.
Desde esta aceptación tomamos acción para cambiar las situaciones cuando sea apropiado (para nuestro bienestar y para el de los demás) pero lo hacemos desde la compasión y la comprensión y no por reacción o frustración.
Mindfulness no es religioso
Cualquier persona puede beneficiarse de esta práctica.
Es una experiencia humana que utiliza la consciencia y la compasión que está en nosotros.
Da igual el camino espiritual, religioso o las creencias de las personas.
Mindfulness no es una receta milagrosa
Cuando pasamos por momentos de estrés o por emociones fuertes podemos buscar técnicas que nos ayuden.
Mindfulness funciona, pero hay que enfocarlo con una actitud correcta.
Basándonos en muchos años de investigación se ve claramente que para beneficiarnos del mindfulness el mejor enfoque es una visión a largo plazo.
Si quieres aprender por tí mismo lo que es mindfulness a través de tu práctica personal, ponte en contacto con nosotros.
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