Eduación emocional
“Hola emoción, ¿qué noticias traes del corazón?”
Ayer iba en el metro consciente de que mi niña interior dolida estaba sentada a mi lado, balanceando los pies y llorando lo que no ha podido llorar hasta ahora, porque no se lo he permitido.
Miré a la gente del vagón y me los imaginé a cada uno con su niño o niña interior al lado, cada uno con un dolor, una emoción difícil de mirar a la cara aprisionada en sus corazones desde niños.
Y decidí llorar sin ocultarme, por mi, por ellos, y por si alguien sentía así una puerta abierta a hacer lo mismo. ¿De qué sirve ocultarnos unos a otros nuestro dolor? ¿Para qué aparentar que estamos bien cuando no lo estamos?
Dejar salir las emociones
No se trata de ir todos llorando y deprimirnos unos a otros, sólo de dejar aflorar la emoción que uno siente para poderla ver y preguntarle qué noticias trae del corazón, qué necesita, que jarabe hay que darle para que se ponga bien.
Quizás todos somos mucho mejor personas de lo que nos imaginamos y tenemos ganas de ser mejores con los demás, pero ¿cómo hacerlo cuando nuestro niño se quedó con el corazoncito roto y nadie lo arregló?
Ayudar a la gente a través de la educación emocional
Me gustaría ser capaz de ayudar a los niños y niñas, antes de que se conviertan en adultos, a reconocer sus emociones y saber qué hacer con ellas para que no se aposenten en sus corazones y los ennegrezcan.
¿No creéis que así serán capaces de ser más felices? ¿No creéis que así serán capaces de hacer más felices a los demás?
Quizás todo nuestro problema como humanidad sea sencillamente que tenemos un niño o niña interior con un corazoncito dolido.
¿Tu qué piensas…? ¿tú qué sientes?…